sábado, 5 de abril de 2014

Los Morancos: ¿La consulta independentista? "Es una cosa que tenéis que decidir vosotros"



El patanismo no entiende de divisiones administrativas. Es consonante a la condición humana y aflora allí donde el hombre asienta sus reales. Como en tantas otras materias, nuestra Cataluña amada lidera con autoridad el campeonato regional de densidad de patanes por kilómetro cuadrado, pero Andalucía no da su brazo a torcer y disputa, en cerrada lid, tan codiciado título. Buena prueba de ello es la patanería desbordante de
dos de sus más dilectos humoristas, Los Morancos, que inauguran el censo de patanes no aborígenes de esta galería de personajes ilustres. 

Quizá se trate de un gas rarefacto y entontecedor que flota en el ambiente viciado de los pasillos y platós de TV3, o de un malévolo ectoplasma que aguarda en los rincones de ese antro público, quisimos decir ente, y salta a traición sobre quienes por allí transitan poseyendo sus espíritus en una suerte de infestación diabólica, pero lo cierto es que todo fue invitar a Los Morancos a una entrevista y comenzar los interfectos a largar por los codos a favor del así llamado derecho a decidir patrocinado por Mas y por el Frente Nacional lepeniano de Cataluña (CiU, ERC, ICV, una facción del PSC, CUP y la cohorte de palmeros sindicales). No obstante, no hicieron sus enjundiosas declaraciones en catalán, de modo que en su caso no se cumpliría la premisa del don de lenguas incluida en el Ritual Romano (el libro de cabecera de los sacerdotes exorcistas) para hablar propiamente de una posesión demoníaca. No sabemos si, poniendo tierra de por medio, o de por miedo, y ya montados en el AVE rumbo a Santa Justa, Los Morancos recuperaron la lucidez, o si, imbecilizados de manera irreversible, sostienen aún que los andaluces y los catalanes, en lo sucesivo, han de ser extranjeros entre sí.

No son Los Morancos los primeros patanes que, generosamente, nos envía la luminosa tierra andaluza. Ya recibimos, hace años, un espécimen digno de estudio, don José Montilla, que llegó a ser, aunque parezca mentira, alcalde de Cornellá… y aún más, ministro de Industria e incluso presidente de la Generalidad. 

Los Morancos y Omaíta aspiran a ser esos comicastros presentados al respetable por Justo Molinero, Radio Tele-Taxi, el de la muñeca chochona, que amenizan los saraos de la Feria de Abril de Can Zam, mientras los ciudadanos de segunda categoría, tolerados o asimilados en diferente grado, de una futura Cataluña independiente se pasean por el recinto ferial tomando finitos y pescaíto frito, bailando sevillanas con trajes de lunares y faralaes. Esto es, quieren para sí la honorífica encomienda de agradaores, de bufones integrados en el colectivo cipayo-separatista de Súmate para entretener a las autoridades locales, a Mas y a Junqueras, que se dejarán ver un ratito por el real de la feria para encajar unas cuantas manos, que luego las suyas lavarán con desinfectante para no contagiarse de los gérmenes de esos parias mientras arrugan la nariz a causa del denso olor a fritanga. Toma que toma que toma, tras, tras, tras…

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